Con su perfección, su simpleza y sencillez se acerca a la mirada antes que nadie. Sus curvas transmiten suavidad y un constante recorrido. La insinuación de su figura nos revela nuevos mundos, inexplorados espacios, concavidades contenedoras. Su integridad necesita de las lineas abiertas para darle direcciones. Porque su presencia nos lleva a un constante estar.
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